
Una
vez establecidas las propiedades, y ya operando sobre el modelo, se indica
donde comienza y donde termina un muro determinado. Una vez incorporado, el
muro puede ser modificado tanto en sus características intrínsecas (las
propiedades) como extrínsecas (efectuarle una abertura o bien corregir los puntos
de arranque y/o de llegada, etc.).
Estas
modificaciones son realizadas con herramientas complementarias de la anterior.
Cada una de estas acciones es reflejada en el dibujo que el CAD efectúa para
representar al modelo. Otro conjunto de herramientas permite establecer cuáles
vistas del modelo son mostradas en la pantalla, de acuerdo a las
características del modelo y las particularidades del diseñador. Estas son sólo
algunas de las funciones de un CAD para arquitectura. Además, hay otras que
permiten crear y modificar puertas y ventanas, techos, equipamiento, etc.;
agregar cotas y textos descriptivos, rótulos y simbología convencional,
etc.
Algunos
sistemas CAD incorporan herramientas que complementan a la tarea específica
permitiendo crear imágenes muy realistas del modelo e incluso animaciones, así
como también funciones que contabilizan los componentes del modelo y emiten un
reporte del cómputo en forma de base de
datos.
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